15.4.06

“EN EL CALOR DE LA NOCHE”

Has llegado hasta la barra, esa línea de separación entre tú y los demás, en la noche que se acaba y que consumes en un trago, a golpe de garganta seca. Esa garganta profunda que nunca tiene fin. Ha llegado la hora de romper distancias, la hora piel, el momento del contacto, toda la epidermis se vuelca en las yemas de tus dedos que acarician la barra y continúan detrás con tu mirada. Esa mirada que deambula y persigue las sombras en cualquier curva, que no sea de autopista, que busca el otro en ti mismo, como prolongación de ese sopor que ciega tu cordura. La difícil situación de la duda, el elegir te lleva a renunciar y no quieres dejar nada atrás. Lo quieres todo y ahora. La voluptuosidad que envuelve los sentidos amortigua en la lejanía el pensamiento, que se va disolviendo y quedando en segundo lugar, dormido en el rincón de la conciencia.
Te olvidas de los mapas y las brújulas que no sean los límites de la cálida geografía humana, esos montes que te llaman desde el horizonte del deseo, que te orientan sin dificultad hacia los valles que buscas, para adentrarte de manera gloriosa en la jungla de los misterios del ser. Y llegar a las profundidades golosas de la nada.

©Ángela Ibáñez


Texto para el catálogo UNDERGROUND
Pintura, Teatro, Música. Café El Fígaro, La Radio, La Viuda de Juan Valdés.
Zaragoza, 9-25 Abril 1997

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