29.1.06

LA PIEDRA, ESENCIA DE SUEÑOS

LA PIEDRA, ESENCIA DE SUEÑOS

La escultura es una forma de trascender el espacio a través de la forma, el volumen ocupado primero por la mente que la diseña y luego por la materia que gracias a la mano de hombre, creador creado, la ocupa y la habita.

José Casamayor es un escultor de la materia, de la piedra que atrapa y transforma con sus manos, con sus sueños. La piedra de Calatorao, oscura, dúctil en su buril, cobra fuerza y torsión, una tensión permanente que se mantiene en toda su obra, en las cuerdas que crecen y sujetan el aire y la mirada, que aúnan la fragilidad de lo vertical con la fortaleza del yunque y lo que fragua.

El escultor que mete los brazos en las entrañas de la piedra, buscando la esencia de sus sueños, que funde sus músculos y su sudor con los brillos de las texturas que abre y despierta, su pulso y sus dedos arrancan la materia y la desangran en un parto estético del nuevo ser. Una nueva pieza que vive con los nervios templados de su creador, con las venas y arterias; las velas, las fibras que ha arrancado a la piedra, respetando su vida, su alma. Este creador que rompe, arranca la esencia de la piedra para poblar de nuevos seres, nuevas figuras la realidad. Piezas que defienden la fragilidad de su esencia con blindajes, petos rematados con tornillos; con armaduras que protegen los secretos de su intimidad arrancada a la tierra.

Un abanico extenso en la muestra, una veintena de piezas, torsos que se defienden de las miradas con armaduras imposibles, con texturas mates, rugosas que atrapan y retardan a los dedos o el brillo untuoso que incita a la deslizante caricia. Gimnastas que siguen el ritmo del movimiento y el equilibrio para romper el aire y saltar a nuestros ojos en una hermosa y arriesgada pirueta estética.

El artista conoce como siente y respira la materia, oye sus susurros y nos cuenta, con el peculiar trabajo de sus manos, el lenguaje universal de la tierra; y él, buen conocedor de su oficio, nos lo traduce en distintas piezas con la complicidad del espectador. Este malagueño trabaja la piedra oscura de Aragón, aúna los sueños, llenos de brisa y sol del sur, con la tierra abrupta y seca del norte para dotar de una nueva y hermosa realidad, llena de mestizaje, a su obra.

Libre y autodidacta marca el camino, con las huellas de sus propios pasos, en una escultura personal y característica que huye de caminos trillados. Como bien expresa Vilém Flusser, en "El gesto de hacer", las manos se buscan a través del objeto, para reinventar la realidad y llegar a conocerla en su búsqueda, y en la dificultad de la abstracción encuentran nuevos caminos, que surgen ante la imposibilidad de la perfección absoluta.
Casamayor abre ventanas hacia todos los horizontes buscando el punto de fuga de las miradas, el escape hacia el infinito que siempre, de alguna manera, todos añoramos.

©Ángela Ibáñez
Vicepresidente
Asociación de Artistas Plásticos Goya-Aragón
LA PIEDRA, ESENCIA DE SUEÑOS.
Texto para el catálogo de José Casamayor
Exposición de escultura. Galería Salduba. Zaragoza.
30 Noviembre 2004 / 20 de Enero 2005

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